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NAGARA / diciembre 2016 - enero 2017 / No. 65

Cecilila Vicuña.
Un nombre es solo un huésped de la realidad


Jorge Posada





PALABRARmas
, p. 73. Memoria chilena.

 

Detente (de-ten-te / de-tente / deten-te) en lo minúsculo que se pierde, en lo que dura algunos segundos y no forma parte de la(s) historia(s). La pelusa en la mesa del comedor. El insecto que explora la parrilla de la estufa. Párate frente al espejo, abre la boca, mira la saliva alrededor de tu lengua, entre los dientes. Cecilia Vicuña realiza estas investigaciones con el lenguaje. Juega. Divide y pega las sílabas, las palabras, las frases en su diversidad (di-versidad / diversi-dad / di-ver-si-dad). Las oye, pesa su materialidad en la página, adivina las adivinanzas de sus comparaciones, encuentra las trampas, atajos, espejos. Rehace la lengua. Hila. El cabello como una extensión del cuerpo. Los nudos, la trama. Une lo que nos han dicho que está bien destruir. Ve hacia tu cuerpo y a esa materia de aire y garganta que son las palabras.





PALABRARmas
, p. 44. Memoria chilena.





Solidaridad








Palabra e hilo, p. 9. Memoria chilena.



Re-cupera esos objetos híbridos, lo que entra y abandona nuestro cuerpo: la exhalación, lo menstrual, lo seminal, lo excrementicio. El olor, la densidad, el significado de esos fluidos. Su función y la imposición de ocultarlos, de taparlos con los modales y la educación. ¿Qué esconden los palacios de gobierno y las banderas? ¿Solo muertos? ¿Administraciones económicas y de identidad? En esos símbolos y lugares también están los órganos que nos permiten respirar, movernos, reproducirnos. Aun los científicos logran la digestión o el alumbramiento sin sangre, bilis.





Quipus menstrual



Cecilia Vicuña (Chile, 1948) asegura: “El hallazgo del paraíso co-incidiría con el hallazgo de un lenguaje.” Re-nombrar nos permitirá encontrar nuevos sitios, lugares que pensamos no existen, que fueron clausurados por el siglo xx. U-to-pías, les llamaban. El movimiento seguirá porque “Re-velar es volver a velar”. Lo utópico no es lo que aniquila o amputa, es un motor. Contrario a lo que asegura uno de los concretos, las vanguardias serán porque se están abriendo nuevas salidas. Sí, durante décadas fue más sencillo imaginar el final del mundo a idear un cambio. Ahora es distinto. La literatura es una de las opciones. “Sí, un poema no cambia el ‘mundo’, pero sí puede cambiar la visión del mundo.”











Objetos


“¿qué está solito y guardado en lo interior? / lo insólito” (PALABRARmas, p. 39). Aun en esta década y luego de un siglo de “arte moderno”, la sorpresa existe. Sí, toda está hecho, sin embargo, nagara.





i tu, p. 12.
Memoria chilena





Jorge Posada (San Luis Potosí, 1980). Autor de Habitar un país es llenar de tierra una piscina (Liliputienses, España, 2016) que reúne sus primeros cinco libros publicados en México, Argentina, España y Puerto Rico.Tiene una columna en las revistas Playboy, Terraplén y VozEd. Es editor de Poesía Mexa, Transtierros y Valderrama. Su blog: <http://costasinmar.blogspot.com>