La estrella porno Me gustaría ser el hombre de las películas porno, estrella anónima para Hollywood que por las tardes va tranquilo al centro comercial agarrado de la mano de su distraída chica, que desconoce su trabajo, pero sin importar eso él igual se acuesta con todas, indistintamente si son amarillas, rubias o negras; le pagan para de manera profesional venirse en las caras de las niñas de pelo bonito, cuerpo torneado, para terminada la escena jugar a ser normal y sensible con sus coestrellas. Pero que también dice al apagar la luz ese día: —Hoy no mi amor, he tenido un día terrible. Pies Lo mejor de la vida no camina: la música, los libros, el dinero, los chocolates o el alcohol; no usa zapatos con tacón alto que bailan relucientes provocándote sin piedad ni cobran por una hora una locura para después patearte en la cara y salir corriendo; bueno, dicen que siempre hay excepciones que confirman la regla y alegran el día.
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