Las historias falsas nos pertenecen a todos, pero ¿de qué modo la ficción (verosímil o no tanto) se puede apoyar en la verdad hasta el punto en el que todo se mezcle y se torne uniforme? Historias falsas es la apuesta por reconocer cierta fragilidad en el valor de lo real; es otra mirada en torno a la línea central de la historia de la filosofía, y una desviación que en el peor de los casos acercará al lector a la relación problemática que ha existido entre literatura y filosofía.
La sencillez de la escritura de Tavares contrasta con la profundidad con la que aborda los temas. Resumir la vida de un personaje puede significar un acto arbitrario, pero en el caso de Tavares se vuelve un acto casi necesario para su escritura sintética. “Es necesario resumir los diversos actos de un hombre para que las biografías no duren tanto tiempo como las vidas retratadas”, nos dice.
Los personajes retratados son personajes obcecados, que se desenvuelven ya sea del poder a la sabiduría o viceversa. Situaciones límite acompañan las acciones de cada uno de ellos, y el lenguaje con el que el autor logra trasmitir estas situaciones es una fabulación del carácter contradictorio de las afecciones humanas. Por ejemplo, nos ilustra las motivaciones que llevan a un personaje a cambiar su vida ascética por una arrogancia pueril.
Considerado uno de los escritores más importantes de su generación, Tavares nos demuestra, sin alardes ni sistematización, cómo es posible abordar en cuentos breves la relación entre lo real y la ficción a través de una mirada cotidiana.