Muerte derramada es la obra ganadora de la XIII edición del Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola, organizado por el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. Su autor, Mario Sánchez Carbajal, es originario de la Ciudad de México y previamente había ganado el Premio Nacional de Cuento Acapulco en su Tinta 2013 con el texto "La púa del erizo", así como el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri con el libro La línea de las metamorfosis. Se formó como narrador en la Escuela de Escritores de la Sogem, y también en diversos talleres de creación literaria, redacción y literatura en la Casa del Lago Juan José Arreola. El jurado que le otorgó el premio estuvo integrado por Eugenio Partida, Imanol Caneyada y Amelia Suárez Arriaga.
Esta obra está conformada por diez cuentos que se entrelazan para formar una novela corta. Una gran novela corta, totalmente merecedora de un premio. Sin embargo el galardón que se le otorgó es de cuento. Y viéndola estrictamente como una obra de dicho género, me parece que podría discutirse más si de verdad merece el premio. No quiero decir con esto que sea un mal libro de cuentos, pero sí considero que algunos de los textos que lo conforman dependen de la relación que guardan con el resto. Si ignoráramos esta conexión, si los aisláramos del resto del libro, no podrían sostenerse como buenos cuentos.
La narrativa de Sánchez Carbajal es ágil y concisa. A lo largo de los diez textos muestra diversos recursos narrativos muy interesantes. La mayoría de los cuentos están narrados en primera persona por el o la protagonista. Por ejemplo, el primero, “Cerillo”, está narrado por un niño pequeño y me pareció realmente sobresaliente. Y así cada cuento está escrito de acuerdo a las características del protagonista/narrador.
El suceso que funge como punto de encuentro entre las historias es la muerte accidental de una niña de tres años. Se trata de la hija de un policía que muere durante una balacera que pretendía acabar con la vida de su padre. Ambientada en el México actual, Muerte derramada muestra una visión funesta y fatalista aderezada con toques de realismo mágico y personajes tan particulares como policías mafiosos, empleadas de una morgue, una bailarina exótica mutilada, sicarios improvisados, entre otros. Por momentos me recordó a Robert Rodríguez y a Chuck Palahniuk; hay violencia y muerte, mucha muerte.
Considero que Muerte derramada es una de las propuestas más frescas e interesantes que he leído últimamente dentro de la literatura mexicana actual debido a su narrativa ágil, a su tono fatalista y a su estructura de novela corta conformada por cuentos. Habrá que estar atentos a la carrera de este joven escritor (1983), que por lo pronto pinta muy prometedora.