CARTOGRAFÍAS / Junio-julio 2015 / No. 56 |
De VHS* |
[PRIMER PRINCIPIO, ASUSTARSE...] [Y LO QUE hay entre cada uno...] [EL RECUERDO MÁS o menos...] [UNA VIGILANCIA QUE siempre...] [EL GORILA, el fantasma...] [UNA GRIPE INVENTADA para no ir...] [EL CUERPO DORMIDO, el olor...] [LA FORMA CANSADA de antes...] [LOS CARAMELOS CELESTES de ananá...] [ESE YO QUE responde...] [ELLA Y LA forma donde...] [LA PELÍCULA DE séptimo grado...] [UNA PREGUNTA QUE se responde...] [EL ÚLTIMO DÍA de vacaciones...] [TODO LO QUE podía saber...] [INVENTAR PRIMERO EL miedo...] 1.1 4.2 |
PRIMER PRINCIPIO, ASUSTARSE, segundo principio, adivinar un vestido rosa, el pianito de juguete que nunca le compraron, la cara desencajada de su madre rodeada de policías, en la primera versión hay cubos de plástico, un abecedario con dibujos de animales, todo visto mal después de kilómetros hay un principio, hay un yo diciendo yo, todavía me acuerdo, a la mañana llovía, el viento nos daba miedo Y LO QUE hay entre cada uno y lo que puede restándose la mañana y los perros, los perros antes de que empiece la mañana, la línea de cada ladrido, el yo que dibuja esa línea EL RECUERDO MÁS o menos trabajado de unas vacaciones en la playa, de la primera versión queda muy poco: panorámicas aburridas de un balneario y en subtítulos algunas frases desarticuladas — el conejo que me habían regalado — una frente a la otra, 30 cm y mi cartera — lo sacaron de la caja y se murió de miedo — minnie moore, si fuera rubia — igual que ese conejo UNA VIGILANCIA QUE siempre se traduce igual: en medio de la noche, la luz de la heladera EL GORILA, el fantasma después, todo el tiempo la imagen de jugar y su contrario, ahí también la historia que no, cuando el gorila atrapa a la chica y sube la escalera, en el pulso de la música del principio el cuerpo bajo la sombra del velador, las palabras temblando que cada tanto soltaba, tres días fiebre, para que intente después contarlo, para que sólo diga muchas veces yo, era tarde y no entendía, estaba enojada y tenía miedo UNA GRIPE INVENTADA para no ir, quedarse en pijama y la felicidad un poco estúpida del principio lo que siempre venía después cuando se aburría y perdía forma sin otra sensación que la de moverse indefensa todos los días de lluvia entre 1988 y 1997 ese aburrimiento EL CUERPO DORMIDO, el olor a quemado, la curva de sueño que mantiene y esa canción que no podía dejar, cuatro acordes repetidos, cuatro minutos de ukulele rebotando del otro lado, debajo de la mesa, las escuchaba gritar; se durmió y cuando se despertó todavía era de noche, el televisor estaba encendido y ellas seguían gritando LA FORMA CANSADA de antes, el gesto de miedo y sorpresa, raquel welch en bikini detenida entre dinosaurios, agregando flores telepáticamente y la imagen del jardín — no es yo, es lo contrario — el volumen que consigue intuido el aire después, el tiempo que tarda la voz, el sentido interrumpido por la voz, cuando se pierden los subtítulos — a veces todo parece malayo LOS CARAMELOS CELESTES de ananá y la música del principio, la cara de su madre riéndose a medias, sólo cuando ella se reía cuando caminaba pisando las sombras, jugando a esquivar el sol, las manos en los bolsillos, el ruido de las ruedas cuando paraba de llover ese yo hablando para dejar todo igual, porque le había gustado el ruido que hizo, la forma suspendida que dejaba ESE YO QUE responde y el lugar donde aparece ELLA Y LA forma donde resumir la forma de pasar, otra casa sin muebles, completamente vacía, demasiado rápido, sin dejar de mirar, las manos en los bolsillos, ella frente a cámara diciendo que no estaba un oráculo improvisado (una pelota, una piedra, la cáscara de una naranja) que nunca decía lo que tenía que decir y ella siempre corregía en las calles de, justo cuando, y la suerte que responde, como el encuentro de un personaje con otro en alguna parte de alguna novela LA PELÍCULA DE séptimo grado, un plano en cámara lenta, dos o tres minutos, completamente fuera de foco, para que diera miedo el lavadero y el lavarropas girando, el botiquín que estaba atrás del espejo, su hermana peinándose, su hermana que la ve y grita y cierra la puerta un pulso repetido de principio a final, contra la misma frase, notas sueltas del pianito de juguete, pandereta, y arriba, muy fuerte, algo parecido a un xilofón de plástico UNA PREGUNTA QUE se responde con otra, las manos abiertas sobre la cara y ese gesto de miedo que se filtra entre las manos — esa versión zombie de mí — yo tres días en un traje de astronauta saltar el principio y quedarse ahí, hacer distintas versiones de lo mismo: hay una versión mas o menos cómica, otra con juguetes, otra completamente blanca (sábanas, paredes, papel higiénico, harina y jabón en polvo, pasta de dientes) EL ÚLTIMO DÍA de vacaciones, hay un video, están afuera, su abuela tiende la ropa, se escucha a su madre hablando quieta sobre la mesita blanca, el aburrimiento, hasta el final, ella mirándose los pies, ella cuando dice que no quiere y el día aparece como si se hubiera desviado TODO LO QUE podía saber frente al espejo lavándose los dientes INVENTAR PRIMERO EL miedo, después inventar lo demás 1.1 todo el ruido que hace, cada intento de ocupar ese ruido, subir la diferencia, hacer aire cuando no puede, decir algo, aire, en el cuarto a oscuras, el espacio entre como si dijera algo y se perdiera en medio, las cosas que hubiera querido decir, lo que harían esas cosas, cuando dice yo como si no quisiera, como si dijera no, hago ruido cada vez que intento seguir una imagen hasta ocupar la mañana, ocupar después esa imagen, el ruido que hace, ella diciendo para mí, es una imagen de cómo son las cosas para mí, tengo la forma de esa imagen ella diciendo el tiempo se ordena así a veces ordeno el tiempo 4.2
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De Manila Inéditos |
* En Sea Monkeys, Ediciones Liliputienses, Isla de San Borondón, 2014. |