Hubo milenios en los que un hombre se inclinó a beber agua del río.
El hombre de ser espejado, reflexiona su pesadumbre inmaterial.
Mientras los años de la humanidad se expanden, el hombre cuando bebe agua reflexiona: “embotellar la memoria no lleva y trae al agua de regreso”.
Cuando el hombre se desencorva, el agua es testigo de la orfandad humana y le adelanta su pésame.
Lorena Martínez Parra (México, 1980) es licenciada en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha publicado textos en la revista Rocinante y en la antología de poesía joven Crimen confeso (Daga, 2003).