ENSAYO / febrero - marzo 2022 / No. 96

Las lenguas entretejidas




I have no mother
tongue
no mother to tongue
no tongue to mother
to mother
tongue
me
M. NourbeSe Philip

Chicano language: un lenguaje que corresponde a un modo de vivir.
Chicano Spanish is not incorrect, it is a living language.
Gloria Anzaldúa

Writing is living intensively and inhabiting language as a site of multiple others
within what we call, out of habit and intellectual laziness, ‘the self’.
Rosi Braidotti

Qu'est-ce donc que le langage?
Ce cri que j'ai élu?
Non pas seulement le cri, mais l'absence qui au cri palpite.
Édouard Glissant


[panolti, atl, tlalli, yolotl, ce]

Siempre me he sentido atraída por las lenguas del mundo y los saberes que ocultan. Estar frente a una lengua desconocida revela la imposible tarea de entender el mundo desde el punto de vista del otrx. ¿Has tenido la experiencia de estar en algún lugar donde se hable una lengua que no conoces? Los sonidos son ajenos y la boca, garganta y lengua juegan de formas extrañas [Los sonidos son respiraciones a otros ritmos]. A mí, me atrae; me seduce no entender. Cuando estás en ese momento no queda más que resignarte y escuchar, dejarse caer y gozar. Hemos aprendido a que las palabras nos guían con sus significados, que la lengua ordena y sistematiza, y eso nos llena de confort. De alguna forma, el hecho de compartir una misma lengua nos da seguridad y nos sentimos extrañxs y confundidxs en un contexto en el que la palabra no intermedia. Frente a una lengua desconocida nos sentimos enajenadxs y sin sentido de pertenencia. Pero incluso cuando hemos logrado traduciruna lengua con otra, queda la sensación de saber que hay algo aún distinto en el significado. Nos vemos en la necesidad de decir ciertas palabras en lenguas deficientes, mal habladas, foráneas y desconocidas, y creamos nuevas formas lingüísticas, construimos puentes entre mundos aparentemente incomprensibles.

En la modernidad se ha buscado delimitar las lenguas, institucionalizarlas, purificarlas. Pero desde mucho antes se ha gestado la noción de que para contener a la comunidad se debe privilegiar e imponer una sola lengua. En la Europa medieval, cuando se fortalecieron las monarquías y se comenzó a gestar una idea de nación, se promovió la expansión de la lingua romana, el latín, como la lengua heredada de la cultura clásica. Se pretendió homogeneizar la palabra para distinguirse de los “bárbaros”, los extranjeros. Carlomagno, por ejemplo, en el siglo VIII, fundó escuelas en toda Francia para que se enseñara desde una edad muy temprana a escribir y leer propiamente el latín, sobre todo porque para leer la Biblia había que hacerlo en esta lengua.

La idea de que existe una lengua universal y original proviene quizás del Génesis 11: En un principio la humanidad hablaba un solo idioma y al entenderse unxs a otrxs comenzaron a construir una ciudad. Pero Dios castiga la avaricia de las personas y lxs “confundió” dándoles múltiples lenguas. Así la humanidad se extendió por toda la tierra y la torre, llamada Babel, quedó abandonada. Babel es una palabra proveniente del hebreo que significaba “confundir, mezclar” y hace referencia a un “habla confusa e imperfecta”; está relacionada, además, a la palabra “bárbaro”, al extranjero o foráneo que en todas las culturas se mira con cautela y recelo por no poseer los mismos códigos culturales —como el hablar otra lengua—. Pero de la confusión surge la necesidad de entablar diálogo y buscar entendimiento; la multiplicidad de lenguas invita a ir hacia otrxs, a aprender su lengua.

Aunque en el medievo hubo un esfuerzo por homogeneizar la lengua, el latín se hablaba en los círculos intelectuales altos de la Iglesia y la aristocracia, y se escribía más de lo que se podía hablar. En realidad, la mayoría de las comunidades vivían en diglosia, es decir, con dos lenguas coexistentes. El latín era una lengua difícil y olvidada. Inevitablemente, entre los pueblos y los puertos de confluencia fluyeron los dialectos mezclados. Lxs viajerxs hablaban más de un dialecto o lengua regional, combinándolos, apropiándoselos, proveyendo nuevo vocabulario. El latín desaparecía poco a poco, mientras las lenguas vernáculas, como el gallego, castellano, catalán, francés, italiano, eslavo (etc.), crecían y se expandían por los reinos. No fue hasta el imperialismo en la modernidad que la noción de establecer una lengua común y única en la población para dar un sentido de pertenencia y nacionalidad se convirtió en una política coercitiva y nacional.

Las comunidades se resisten a estas imposiciones, a la usurpación de su lengua. En un viaje reciente a la isla de Mallorca, al sur de España, me sorprendió escuchar el mallorquín, un dialecto variedad del catalán. En verdad no podía entenderlo, los sonidos y las combinaciones son distintas a lo que conozco. No entendía con placer. La isla es un lugar de confluencia de distintas lenguas. Escuché a una mujer hablar mallorquín, inglés, español y alemán. Las comunidades viven allí en poliglosia.


[...]

Para colonizar a una nueva cultura, se comienza usurpando su lengua, pues las palabras guardan la memoria, los dioses, el mundo. En la Nueva España, los colonizadores se adentraron primero a este mundo utilizando la palabra común nativa. Durante el siglo XVI, el náhuatl fue la herramienta para convertir a toda Mesoamérica a la cultura occidental y para ello primero fue necesario crear los vocabularios, diccionarios y antologías de la lengua. Pero en 1577, Felipe II decide terminar con la multiplicidad lingüística, pues Mesoamérica era otro Babel y complicaba la conversión y la conquista. Prohíbe los escritos y estudios realizados en las lenguas amerindias. En 1590 se intensifica su política: a lxs niñxs se les enseña el castellano y las mujeres dentro de los conventos tienen prohibido hablar otras lenguas incluso entre ellas. Una política desesperada, violenta y cruda para esterilizar la cultura, la lengua y las identidades indígenas. En los siguientes siglos disminuyó considerablemente el uso popular de las lenguas locales, como el cucapá, wixarika, popoloca, huasteco y después las lenguas de las grandes ciudades, el náhuatl y maya. Hablar una lengua da sentido de pertenencia a una comunidad y construye identidades. Se reemplazó una lengua para reemplazar a un imperio. La voz del poder ahora hablaba castellano. 


[agua, tierra, corazón, uno]

En realidad, la lengua no es un sistema ordenado y cerrado: todo lo contrario, se habla en multiplicidad de dialectos, registros y estilos. La Real Academia Española ha intentado contener, limitar e imponer lo que no puede ser: la lengua existe abierta, se mueve, extiende; es un juego de antagonismos y puentes, acuerdos y contradicciones. Esta idea de establecer reglas claras y fijas de la escritura y la lectura proviene del nacimiento de los estados-nación en Europa y se extiende en sus colonias. El castellano, el francés, el inglés (etc.) se vuelven lenguas que someten, subyugan, colonizan las lenguas locales. Durante los siglos XVI y XVII llegan a la Nueva España los compendios “para la buena escritura” del castellano. Uno de ellos fue el Arte subtilissima, por la qual se enseña a escrevir perfectamente,de Juan de Icíar, publicado en 1550. Estos libros enseñaban las formas sofisticadas y convenciones apropiadas de la escritura. La alfabetización era la prioridad de las misiones de evangelización en América y por lo tanto proliferaron los manuales para enseñar a escribir y hablar correctamente. Criollxs, mestizxs, indixs, que buscaban acomodarse en la nueva jerarquía social aprenden a destacar por su “buena escritura”, pues una bella caligrafía era signo de autoridad literaria y nobleza. En 1599, el artista indio Andrés Sánchez Galque de la Nueva Granada firmó con una caligrafía impecable Los tres mulatos de Esmeraldas, el primer cuadro firmado en el Nuevo Mundo que sería enviado al rey de España. Su firma nos habla no solo de autoría, sino de apropiación de las convenciones literarias europeas y su pertenencia al mundo de los “letrados”.



Juan de Icíar, Arte subtilissima, por la qual se enseña a escreuir perfectamente, 1553.



Andrés Sánchez Galque, Los tres mulatos de Esmeraldas, 1599. Museo de América, Madrid.



[la langue inconnue]

El sueño, como dice Roland Barthes, es conocer una lengua extraña y sin embargo no comprenderla: poder apreciar la diferencia, saborear los sonidos que absorbemos sólo en su tonalidad (Je vis dans l’interstice, débarrassé de tout sens plein), y la imposibilidad de tocarla. He vuelto a París después de muchos años. Conozco la lengua y me traiciona. Me hablan en francés, reconozco palabras; la lengua de la madame me intimida. Es una cierta violencia no comprender. Pero, como escribió Édouard Glissant, “L'ère des langues orgueilleuses dans leur pureté doit finir pour l'homme: l'aventure des langages (des poétiques du monde diffracté mais recomposé) commence”. Desconfiar de los otros significados es negarme a compartir el mundo; jugar con ellos nos entreteje. Me río: Pouvez-vous répéter? Por unos segundos coloco toda mi concentración y conocimiento en los sonidos que provienen de su boca, lengua y garganta. Es más claro, lo tengo, respondo. Mi tono es distinto a cuando hablo en otras lenguas, ¿los has notado? Me dice que sí. C’est ça!

Pero también una lengua desconocida puede ser amenazante. América se usurpó con la palabra extranjera: cuando llegó por primera vez la tripulación de Colón a América el 12 de octubre de 1492, Rodrigo de Escobedo y Rodrigo Sánchez de Segovia “informaron” a los nativos del Nuevo Mundo, en una ceremonia realizada en latín, que los Reyes Católicos tomaban posesión de los territorios. Por supuesto, los nativos de la isla de Guanahani no comprendieron nada, pero aquellas palabras en una lengua extraña le darían al imperio español toda la legitimidad legal necesaria en Europa para apropiarse de estas tierras.


[Desaprender la lengua]

¿Cuál es tu lengua? ¿La que te enseñaron de niñx en casa, en la escuela o la que aprendiste en las calles? La lengua configura (silencia) y para algunxs es necesario arrancarla. Desde los sesenta, el movimiento literario latinx en Estados Unidos ha cuestionado la opresión lingüística del inglés. En esos años, lxs escritorxs buscaron en el imaginario azteca vínculos y raíces con aquellas tierras del otro lado de la frontera. El boxeador y poeta Rodolfo Gonzales, el Corky, escribió en 1967 “I am Joaquín/lost in a world of confusion, caught up in the whirl of a gringo society/confused by the rules/scorned by attitudes/suppressed by manipulation/and destroyed by modern society”. Su activismo invitó a toda una generación de chicanxs a apropiarse de sus culturas y a resistir la asimilación de la cultura dominante, empezando por la lengua.

La más paradigmática y reconocida poeta, ensayista, activista, artista (etc.), chicana, Gloria Anzaldúa, escribió en lenguas locales, chicanismos, mezcla de lenguas nacionales y modismos. En Borderlands, Anzaldúa habla del espacio Nepantla, palabra del náhuatl que significa “lugar intermedio” o “en el medio” y es el espacio en el que las personas se mueven o viajan entre diferentes culturas. En este lugar se habita en contradicciones y paradojas, flujos desbordantes de lenguas (mal habladas, insuficientes, decadentes). Anzaldúa hablaba sobre el “terrorismo lingüístico”, una violencia autoinfligida en la comunidad chicana: “es ilegítimo [el español chicano], una lengua bastarda. Y debido a que internalizamos cómo nuestro idioma ha sido usado contra nosotrxs por la cultura dominante, usamos nuestras diferencias lingüísticas contra nosotrxs mismxs”.1 Para Anzaldúa, el lenguaje construye identidad: “Hasta que no pueda enorgullecerme de mi idioma, no puedo estar orgullosa de mí misma”. La liberación del lenguaje se vuelve una herramienta de resistencia. En sus reflexiones, Anzaldúa destacó la necesidad de aceptar y abrazar múltiples contradicciones culturales y eliminar dicotomías, oposiciones: El lenguaje no puede ser “mal hablado” o “deficiente”, el español chicano es una forma de vivir y experimentar la realidad.

De forma similar, la poeta caribeña M. NourbeSe Philip experimenta con la lengua y sus límites para cuestionar y destituir el rol que han tenido el inglés en el Caribe. En Discourse on the logic of Language deconstruir y desaprender el inglés, se vuelve una herramienta para desenterrar la narrativa (ley) colonial:

...and english is
my mother tongue
is
my father tongue
is lan lan lang
language
l/anguish
anguish
a foreign anguish
is english...

La imposición de la cultura europea en las islas caribeñas comenzó con la delegación de lenguas nativas de lxs afrodescendientes, como el ashanti de Ghana y el kikongo o lingala del Congo, por las dominantes, el español, francés e inglés. Las palabras, las canciones, los sonidos silábicos, el lenguaje, configuran modelos literarios y una forma de ver/experimentar la realidad, y así en el Caribe la población se vio obligada a aprender el mundo desde la experiencia de lxs otrx opresorxs. NourbeSe Philip escribe sobre los tropos recurrentes del lenguaje en la historia del Caribe y juega/rompe/fragmenta esos lenguajes impuestos para criticar las prácticas colonialistas: “La lengua es el principal órgano de opresión y explotación”, expresa. El dilema para ella ha sido darse cuenta de los ecos de hostilidad del idioma extranjero en su propia experiencia lingüística. Sus poemas muestran una necesidad de desaprender y abrir el inglés para crear nuevas imágenes/referencias y permitir el florecimiento de un nuevo lenguaje. ¿Qué es la lengua materna sino una noción impuesta en el nacimiento, un sentido de pertenencia ficticio? NourbeSe Philip escribe en respuesta: “seek search and uproot/the forget and remember of the root words/uncharged”. Las palabras están cargadas con las vivencias y sus usos en la historia. Busca, recuerda las “palabras raíz”, aquellas que aún no tienen significado, que no han sido impuestas.


[harmonious sounds]

En 1524, un grupo de sacerdotes aztecas fueron llevados a la plaza pública a denunciar sus propias creencias frente a un grupo de sacerdotes cristianos. En medio de una ciudad que antes había sido esplendorosa y ahora estaba completamente destruida, los sacerdotes aztecas respondieron recitando ante tal petición con un poema de resistencia en el que precisamente realzan su lengua (su historia):


Ustedes dicen
que no sabemos
la omnisciencia, del cielo y la tierra
dicen que nuestros dioses no son originales
eso es nuevo para nosotros
y nos vuelve locos
es un golpe y un escándalo
porque nuestros antepasados vinieron a la tierra
y hablaban de manera muy diferente
[...]2

Si llego a reconocer una palabra en náhuatl a veces me doy cuenta de lo intraducible que es en otras lenguas. Hay nociones que no existen en mi español y me hacen incluso sospechar de mi intento de asimilarlas. ¿Cómo traducir? ¿Cómo entrar a una lengua desconocida? ¿Cómo compartir eso que comprendo y no puedo decir? La que traduce reconoce su limitado cuerpo cultural dentro de ese nuevo contexto y se acerca a las imágenes textuales desde las fisuras. La traducción no es ya reemplazar una palabra por otra, un imaginario por otro, sino permitir la dislocación, la confusión y el desorden lingüístico. No es necesaria la nota al pie de página para explicar cuidadosamente las justificaciones de tales o cuales asociaciones. La escritura que se abre más allá de la “lengua oficial/nacional” atraviesa múltiples significados, narra desde esas fisuras, crea puentes hacia otras imágenes y reconoce la imposibilidad de equivalencias. La lengua es nómada, es decir, los supuestos límites son abiertos, sus significantes, múltiples. Toda lengua (sujeto) resiste a la homogeneización lingüística. Lxs hablantes serían más bien “viajerxs lingüísticxs”. Valeria Mata, en su libro Todo lo que se mueve, antología de textos sobre el viaje y el nomadismo, sugiere algo similar sobre lxs viajerxs que se desplazan también con el lenguaje. El/la políglota no habla múltiples idiomas, más bien es quien “puede detectar y jugar con varios lenguajes incluso en uno solo, para quien las palabras nunca pueden estabilizarse en absoluto ya que van y vienen, siempre están cambiando”. ¿Podemos revisitar el imaginario de las fronteras lingüísticas establecidas por los estados-nación? ¿Qué formas tan distintas y variadas tendríamos al organizar una nueva cartografía donde las lenguas delimiten espacios culturales y de expresión? No como una geografía lingüística delimitada, sino movible, cambiante, fluida y abierta.


1 Mi traducción del inglés.

2 Fragmentos del poema “Los coloquios de los sabios y los doce”, traducido al inglés por Edward Dorn. Yo lo traduje del inglés al español, en un juego inacabado en el que las traducciones siempre proveen de nuevos significados y las imágenes atraviesan fronteras lingüísticas y temporales. Dorn, poeta estadounidense, interesado en el legado indígena de Norteamérica y México, tradujo entre 1971 y 1975 poemas apaches, mayas y aztecas de la época colonial. Su intención era darle voz a la experiencia de las comunidades indias; escribió especialmente sobre los chiricahuas.






Andrea Reed-Leal es investigadora, bibliotecaria y ceramista.  Estudia el doctorado en Historia y Literatura en la Universidad de Chicago. Lleva  el proyecto Biblioteca Revelaciones.

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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fecha de la última modificación 10 de abril de 2024.

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