Festejos: tres minificciones
Franco García
Habemus spes
Después de recibir sus vacunas, el Papa Covid XIX dijo a sus feligreses: Henos aquí, hermanos míos, reunidos en este aposento clínico para celebrar la resurrección de nuestra excelentísima Esperanza. Podéis estornudar en paz.
Festín literario
Esa noche, después de que el hepatólogo me diera de alta, soñé que celebraba –por fin– mi cumpleaños con Charles Bukowski, Ernest Hemingway y Raymond Carver en la cantina Las Coronitas. Bebíamos mezcal, cerveza, vino, ron, coñac, whisky. También leíamos algunos textos literarios de nuestra autoría. Luego a Bukowski y a Hemingway les dio por fajarse a golpes y demostrar quién era el más grande de la literatura norteamericana. Volaban botellas, vasos, sillas y mesas por doquier. Carver y yo tuvimos que intervenir para separarlos. Hasta que Papá Hemingway me soltó un gancho al hígado y desperté vomitando sangre.
Tango de la muerte
Al ver a su exnovia en la boda de su mejor amigo, quiso sorprenderla con lo que había aprendido en sus cursos de baile. No olvidaba que a ella le gustaba bailar y que la ruptura de su noviazgo fue, precisamente, porque él no sabía hacerlo. Entonces le ordenó al director de la banda musical que, por favor, tocara un tango, algo especial para él. Y cuando estaba por acercarse a la mesa de su exnovia, un infarto se lo impidió.