Tres poemas
Cruz Flores
inhala
doblez a la altura de
de la muñeca a la
altura precaria el pie
el dolor la mueca
de dolor doblez se
sentir dolor la altura
duele la cabeza
la cabeza de qué quién duele
quién duele el pie
muñón de quién
qué duele
doblez exhala el aire
angosta cavidad la mueca
altura precaria cabeza
duele el pie qué duele
quedarse sin aire
atorado sin aire
no poder salir
no poder salir
precaria al aire de quién de qué
dónde los tuyos sálganse
angosta como estar naciendo
como estar naciendo cada día
dos tres días
de a poquito
inhala aire
inhala estrecha
la tráquea crece el torso
doblez dolor quedarse
duele el pie el no
el no salir
no poder salir
no poder salir
qué duele
las piernas no
dos tres días
traga menos aire
traga menos
angosto como haber nacido
de cabeza quedarse
atorado sin aire
dos tres días
dos doblez
es
[exhala
neumático
circular circular una y otra
vez por la misma
sin límites los frenos
que chillan rechinan acéfala
continua redonda
madre dice fíjate niñe
que aquí está la puerta el pilar
el pilar más cerca del estacionamiento
acuerda el sigilo P4
de tono amarillo el pilar
la bolsa de tela desgajada
el postit que marca el cajón
la estatua de sal verdadera
la luz marquesina tu madre
dice que te fijes en el camino por ella
no te vayas a perder
la vida es pérdida dice no acuerda
fijate en el camino mi niñe
adentro la masa circunda
electra derruida y demente
se agarra del riel y no suelta
de ida recuerda el sigilo
canción del hoyo
Se dice fácil matar a los tuyos,
cortarles la piel, separar
las entrañas de la carne suave.
Se dice fácil, todos los días.
Lo hacemos por vivir, se dice,
para comer de la tumba
donde no esboza el berrido,
se van macerando tus jugos.
Lo hacemos porque se quiere,
porque se sabe hacer bien
cada una de nuestras madrugadas
para los otros. Después
bajarán de sus casas
en el auto, a mediodía,
para devorar tu carne, tus huesos,
para aprender a despertar.