CARTOGRAFÍAS / Diciembre 2015-Enero 2016 / No. 59 |
De Heredar la tierra* |
[TUYO ES EL reino...] [UNA CIUDAD PARA no vivir...] [EL FUTURO ESTÁ...] |
TUYO ES EL reino, el óxido que se arrodilla y reza en los terrenos baldíos, apoyado en los cercados, colgando de los alambres de púas. Tuya la fiebre que carcome carros, autopistas, calles, aceras, casas, toda esta minúscula historia universal del fracaso. Tuya la desaparición que murmura el agua sobre los techos, la piedad terca de la lluvia con sus menudas manos concentradas en la erosión. Tuyo el himno de todo lo que decide quebrarse. Tuyos los días que fermentan su vino áspero, indeleble, en el pulso. Tuyo el tiempo que no testimonia por nadie. UNA CIUDAD PARA no vivir en ella, donde se nos van adelgazando los días hasta quedar hechos un hilo preciso, tenso, cortante. Un hilo que ya casi no podemos seguir. Una ciudad donde los nombres propios están regados por ahí, con el brillo cansado de las monedas que hemos perdido. Una ciudad que ama las ausencias porque no conocen la simetría, de la que todos ya han partido, aunque no lo sepan, desde el momento en que oyeron por primera vez la prédica sorda de los perros. Una ciudad cuya corteza se parece a la derrota. Una ciudad sin elegías. Es tuya, la habites o no. En ella tu reino casi no puede ser notado, aunque esté por todas partes: tuyo es el polvo que cubre edificios, calles, gestos, pensamientos, y los redime secretamente. El sermón inaudible del polvo. EL FUTURO ESTÁ gastado por el uso. Cada vez hay menos y menos. No se consigue ya en los quioscos o en los mercados, ni leyendo el periódico, donde los días van a ser enterrados sin honores. Esos tiempos verbales que masticamos han perdido su sabor, ya no queda en ellos mucho de profecía. A diferencia de nosotros, no necesitas una vejez en la cual mirarte, te puedes conformar con el oráculo simple de tu pulso. Que así sea. Que para entrar a tu reino debamos antes lavar nuestras caras de tanta esperanza ronca, permitir que la fe nos quiebre las rodillas. Una fe sin antes ni mañana, sin recompensa, sin culpas. |
De La arena, el vidrio De Suturas |
* Heredar la tierra, Común Presencia, Bogotá, 2013. |