Carlos Valladares



De la claridad

La claridad es fruto penoso.
No se cosecha sin trabajo.
Así como la luz del sol corta la niebla en el oriente,
labra su camino a través de la oscuridad
como un machete en el breñal,
el poeta horada sus tinieblas con la pluma
y aflora la luz oculta en él.




De la paciencia

Emula la gota.
Sé paciente como ella.
No tiene prisa.
Rueda lenta y en silencio.
Sabe que no se agota,
que su estela se hace roca.
Sabe que de tanto martillear
calará el meollo de las cosas.
Cae, cae, como la gota.

 


Menos la poesía

A la poesía me aferro
como náufrago a su pecio.
Alrededor todo zozobra,
todo se abisma en el vacío,
todo menos la poesía.

 


Caminante

El sendero atraviesa
el corazón de la montaña.
Corta la bruma. Síguelo.
Sin darte cuenta llegarás
a las blancas estepas.
El camino es silencio.
El olvido fin.

 


Lo que queda

Lo que queda en esta tierra
al cabo del ruido, el destello,
la sorda fuga del tiempo,
es una pertinaz lluvia de ceniza,
una indeleble estela de polvo.