Yuleisy Cruz Lezcano
Estar vivos es algo
y lo apreciamos mientras ignoramos
el frío animal imaginario
que llora el tiempo de la sangre
que no regresa, la feroz ciencia
del prejuicio que profana
amurallados gritos y no escucha
ese modo de morir
en el dolor que los huesos
ya causan.
Estar vivos y perder la mirada
allá donde los cetáceos
pierden el rumbo,
donde la niebla desciende
sobre las violetas,
donde el entusiasmo puede
nacer muerto
fingiendo estar vivo y corriendo
hacia un camino que atraviesa
el bosque nevado,
para llorar desesperado
junto a espíritus afines que aman
los charcos, las piedras,
lo que no puede vivir y corre
para buscar en otra vida
un poco de entusiasmo.