El mejor amigo del humano
José Luna
A veces te huele el culo. Te sudan las manos. Me arrojas contra las aceras y me obligas a pasar por orines o pedazos de mierda que abundan en las calles. Me tuerces, me rompes. Me sueldas, me reparas. Me lavas de vez en cuando. Me cuelgas escapularios, rosarios, santos y virgencitas. O me pegas tus estampitas pendejas. En ocasiones me vistes como en una pasarela de árboles de navidad: ¡con un chingo de luces! Me montas a uno, dos, tres o cuatro cabrones; por el asiento, por el volante, por la llanta trasera o delantera y nunca me quejo. Me subes a tu crush, tu ex y no me da celos. No discrimino. Me llevas al pinche cerro y me regresas toda llena de lodo. Me desarmas para engrasarme y aceitarme porque no soportas ningún ruidito como de grillo en cada pedaleada. A veces me olvidas en alguna azotea. Me dejas despellejar por el sol y la lluvia. Me oxido y termino entumecida, seca, y me tiras al olvido. Tengo una rivalidad interminable con los autos, es posible que me envidien porque no necesito agua y combustible, o quizá, porque te doy libertad y autonomía. En ocasiones me atropellan, me doblan, me tuercen, sin embargo, con cuidados seguimos rodando, pero, si tú no sobrevivieras, me colgarían de algún lugar alto. Me cubrirían de blanco como si fuese la novia de una boda, más bien, como una cicatriz, un recuerdo de lo que sucede en esta ciudad que nunca descansa. El caballo y el burro se han alegrado de su desplazamiento: somos más económicos que los animales de carga. Es por ello que nos has montado colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan. Sí, de todo. Me has construido para niños, niñas, para divertir y para trabajar. Con una rueda, dos, tres, cuatro o más. Soy noble, modificable a tus caprichos y necesidades. Soy ágil, escurridiza para evitar manifestaciones, accidentes y tráfico. Te ayudo a bajar de peso y controlar tu ansiedad. A veces te lanzo al suelo pero siempre regresas con más confianza y seguridad. Soy tu mejor amigo porque no muerdo como los perros, tampoco ocupo vacunas y veterinarios. No me gustan los linajes pero tengo muchos familiares: bicicletas de montaña, urbanas, BMX, híbridas, de ruta, fixies, plegables, cargo, cruisers, y pronto llegarán con inteligencia artificial. Llevo más de cien años en este mundo, aunque me has intentado mejorar, con luces o baterías, siempre habrá alguno como tú que goce montarnos sin ningún compromiso. Solamente, por el puro placer de disfrutar el presente.




