Yasmin Alfaro
A veces nos toca enterrar a nuestros muertos solas
mirar cómo se van entre la niebla
sin nombres
sin mantos
sin ojos mirando al cielo
sino hacía sí mismos
como si nunca hubiera existido
un estar despiertos.
A veces nos toca llorar
a escondidas esa pena
y seguir con el camino
y aprender a callar las heridas
a sumergir el cuerpo en agua fría
que camina en pasto seco
que cae y no se levanta
sino vuelve a la tierra
que se va
lentamente
en silencio.