Un paraguas y una máquina de coser
Vicente Quirarte
México, Terracota, 2010, 140 pp.
Vicente Quirarte (Ciudad de México, 1954), desde sus inicios con el libro de poemas Teatro sobre el viento armado (1979), que incluyó textos que obtuvieron el Primer Premio de Poesía en el Concurso de la revista Punto de partida en 1977, nos muestra poemas que abordan una serie de metáforas urbanas. Desde su primera producción literaria el autor refleja su pasión por la temible Ciudad de México, lo vemos tanto en su labor ensayística e investigativa con Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México. 1850-1992 (2001), Amor de ciudad grande (2010), México. Ciudad que es un país (2018), por destacar algunos títulos, así como en su oficio literario: El peatón es asunto de la lluvia (1999), Ciudad de seda (2009), Morir todos los días (2010), La isla tiene forma de ballena (2015) y Un Paraguas y una máquina de coser; este último reeditado en octubre del 2022 por la editorial Terracota bajo el sello PAX.
El título de Un paraguas y una máquina de coser proviene de un fragmento del "Canto VI" de Los cantos de Maldoror de Isidore Ducasse, también conocido como Conde de Lautréamont, Vicente Quirarte selecciona un fragmento para el epígrafe de la obra:
de una máquina de coser y de un paraguas
sobre una mesa de disección.
Dicho fragmento hace alusión a la acción poética que destaca de golpe dos imágenes sobre una mesa de disección que se contraponen entre sí, tal como lo hacía el surrealismo. Mediante ello, anticipa que la colección de cuentos estará comunicada por dos hemisferios: lo real y lo irreal, la historia y la literatura, que en su afán integrador funde en un mismo discurso. Dicha colección se compone de quince relatos: “Su Majestad la Historia”, “Asterix a Idefix, en algún lugar de Galia”, “Tres versiones de la noche”, “Historia privada de Calpulalpan”, “Telegramas del 5 de mayo”, “Un soldado de La Angostura”, “En busca de Tomás Mejía”, “Dama en Nueva York”, “Un paraguas y una máquina de coser”, “Thomás Mann en el Lido”, “Primer compás del Chopo”, “Al licenciado le gustan las mujeres”, “Luis de Sevilla escucha a Mozart”, “Milonga para el arma blanca” y, finalmente, “El enigma del otro”.
El estilo de Quirarte se encuentra entre los vaivenes de la crónica, el ensayo y lo epistolar donde incluso se atreve a indagar en los ejercicios de la crítica literaria. Entre las características de Quirarte, su estilo literario lo sitúa entre los escritores con una narrativa bastante cuidada, pulcra y poética. La hibridez escritural no es inocente, sino que es articulada de forma constante e ingeniosa. En “Su Majestad la Historia”, firmado en Tlacopac, San Ángel, en 2009, deja ver que el cuentario de un capitalino no sólo está ambientado en la Ciudad de México por personajes mexicanos, sino que también fue escrito en la Ciudad de México. Siguiendo con el mismo texto, más que un relato ensayístico funge como introducción, donde el autor presenta su postura poética frente a la discusión del vínculo de la historia y la literatura. Si bien, contamos con estudios que plantean que la historia y la literatura fueron mellizas separadas al nacer, Vicente Quirarte prefiere emplear la expresión “historia en la literatura, literatura en la historia”, como una forma de mostrar el entrecruzamiento de ambas regiones de estudio porque considera que todo tiene relación con la historia y viceversa. La historia es la responsable de establecer la relación de los hechos, quien los suma, los profetiza y los resucita.
A partir de la tensión entre la historia y la ficción, de narrar de otro modo lo que pudo haber sido, podemos explorar dichos cuentos con fechas, acontecimientos, figuras y escenarios emblemáticos de la ciudad, como desde sus cimientos en “Tres versiones de la Noche” donde palpita la Gran Tenochtitlan con la mujer del cántaro en la memorable Noche Triste de 1520; la última noche del general Antonio López de Santa Anna en la casa número 9 de la calle Vergara en “Un soldado de La Angostura”; la vida y muerte del poeta zacatecano Ramón López Velarde que fue abrazado por las frías calles de la Alameda Central-Avenida Jalisco, una noche de junio de 1921, en "Al licenciado le gustan las mujeres"; en sitios más contemporáneos con figuras como Manuel Andrade creador del logotipo deportivo Pumas de la UNAM; la visita del escritor argentino Jorge Luis Borges a México, en el penúltimo cuento “Milonga para el arma blanca”. En Un paraguas y una máquina de coser cada relato aporta un camino creativo a la comprensión del pasado, un homenaje en el arduo proceso de reivindicar y resignificar ciertos hechos y figuras. Un modelo escritural que debate y reescribe la Historia con H mayúscula, tramas y escenarios que conviven con el solo propósito de representar aquello que cuestionamos como sociedad contemporánea. Vicente Quirarte nos deja ver que la Ciudad de México no es solamente la capital cultural de país, sino que es una ciudad histórico-literaria cargada de fantasmas, batallas y enigmas, una ciudad que se escribe y se desborda así misma. Un crisol voraz de nuestro tiempo.