nada de esto estaría pasando si yo fuera justin bieber y en lugar de morir de una sobredosis en un camión rumbo al df estuviera muriendo de una sobredosis en un jet rumbo a holanda en lugar de estos fruit of the loom cubriendo mi sexo de hombre unos calvins ceñidísimos resguardando mi sexo de dios y alrededor mío en lugar de esta cobija barata de aeropuerto los brazos de una modelo cuyo apellido jamás seré capaz de pronunciar aunque podré descifrar el mapa de su cuerpo dándole a la lengua un uso infinitamente más gozoso que el de escribir algún poema quisiera ser justin bieber a toda velocidad con el viento atravesando al viento sobre un convertible rojo y en el asiento trasero inhalar líneas de xanax sobre los pechos de selena gomez fumar marihuana con snoop dogg cuidando siempre que la ceniza no manche mis margiela y si sucede hay un centenar más en casa a mi disposición hoy quisiera ser justin bieber y no este cuerpo vacío llenándose de rivotril los espacios donde antes hubo algo tramadol quizás oxicodona los ojos de una mujer el fantasma de una mujer mirándome a los ojos y yo a su vez mirando los de ella hallando apenas un par de planetas mudados de órbita hoy quisiera ser él y no ser yo y hasta quizás no ser ninguno sin embargo para mí el destino jugó otra mano la salvación hace mucho que dejó de ser una alternativa y al menos hoy dios está muy ocupado grabando algún sencillo promocionando su fragancia o posando su esplendor para la portada de alguna revista
estoy mirándote llorar pero no como si fuera yo quien te mira sino como si fueras túmisma que te miras llorar a través de mí
ojalá todo fuera como dejarse caer de espaldas a un estanque hay cosas más complicadas que pasar toda la noche arrancándote los dientes una vez conocí a alguien que me habló de un lugar en oceanía donde no tienen una palabra que distinga al 'yo' del resto de las cosas los pobladores de ese lugar viven siendo un mismo todo por lo tanto la muerte tampoco es un concepto que esté incluido en su forma de entender el mundo ayer te abracé y te dije que no creía que fuéramos dos seres distintos que había algo extraño e intangible llevando a cabo una fusión en el núcleo de nuestros receptores de serotonina estoy diciendo todo mal perdón tú eres la doctora a lo que voy es que funciona como el mdma en serio crees que tú y lo otro son lo mismo así lo siento yo pero sin ningún cristal sobre mi lengua tú me dijiste que eso era imposible y que éramos organismos independientes enseguida te echaste a llorar e inevitablemente yo pensé en cosas como la muerte o la nueva canción de taylor swift que te escuché tararear por la mañana he pasado toda la tarde intentando arrancarme las muelas creo que cuando caiga la noche saltaré a un estanque lleno de canguros a miles de kilómetros de aquí
Martín Rangel (Pachuca, 1994). Estudia la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Es autor de los poemarios ROJO (alb@tros, 2013), El rugido leve (Las canciones de Ryan Karazija) (Cecultah/Conaculta, 2015) y poemas.pdf (koala house, 2015). Obtuvo el premio del XXVI Concurso Nacional de Creación Literaria del ITESM y la Cátedra Alfonso Reyes 2012 y el Premio Estatal de Poesía Efrén Rebolledo 2014. Su obra aparece en diversas publicaciones de México y España. Escribe la columna semanal Fosa Común en el diario Milenio Hidalgo. Traduce semanalmente a poetas jóvenes de habla inglesa para el sitio web Ciudad Jardín. Es editor en jefe de la revista tn <revistatn.com>