El nombre de un accidente
Planos para una ciudad que no existe reúne el trabajo de poetas de Hispanoamérica cuya obra es inédita en México. Propone un recorrido por distintas propuestas y voces de esa tradición de tradiciones que es la poesía en castellano. Son los trazos y las líneas de un grupo de mujeres y hombres que construyen el esplendor y las ruinas de uno de los futuros posibles.
En la obra de Retana la concentración del lenguaje y la reiteración de los temas expresan el desconcierto y la devastación. El humor y la ironía dimensionan estas tragedias, un padre o un astronauta no serán nunca visibles desde el espacio.
Apollo 11
[James Irwin...]
[Si a Piotr Dolgov...]
[Un sueño...]
Ensayo sobre astronáutica
Z
Gravedad cero
La caída del muro
20/08/XX
28/08/XX
30/08/XX
Apollo 11
[fragmentos]
Yuri Gagarin viajó al espacio un 12 de abril de 1961.
Más tarde,
convertido en un bebedor empedernido,
se lanzó desde un segundo piso
y estrelló su cráneo contra el suelo.
Desde el espacio
se ven cosas
que nadie debería ver.
Desde el espacio
el mundo es un punto diminuto,
insignificante.
James Irwin,
octavo hombre en pisar la luna,
emprendió varios viajes a Turquía
en busca del arca de Noé.
Edgar Mitchell,
tripulante de la misma nave,
dice estar seguro
de que hay vida extraterrestre.
Charlie Duck,
exastronauta bravucón,
visita hoy asiduamente
la iglesia de New Braunfels, Texas.
Buzz Aldrin,
piloto de la tripulación
más famosa de la historia,
asegura haber visto 2001: una odisea en el espacio
antes de haber pronunciado
aquellas palabras tristes
sobre el suelo de la luna:
“Maravillosa vista desde aquí,
magnífica desolación”.
Si a Piotr Dolgov
le hubiesen dicho
que moriría
a 28 kilómetros de altura
por una fuga
en el aire almacenado
de su traje
no lo hubiera creído.
Para la posteridad
el hecho es indiferente:
acabó la guerra fría,
acabó la carrera del espacio.
Ya nadie sueña
con vuelos espaciales.
Por eso Piotr Dolgov
es hoy apenas
el nombre de un accidente,
de un imprevisto propio
de ese tiempo
en el que el mundo
todavía
expandía sus fronteras,
de ese tiempo
en el que todavía
nos empeñábamos
en vernos desde afuera.
Un sueño
en el que alguien
es expulsado de una nave
en medio del espacio.
Hace frío
y el oxígeno escasea.
Un sueño
en el que todo alrededor
es mucho más oscuro que la noche.
(Un sueño donde solo existe la noche.)
El astronauta despierta.
Todo lo que toca
pertenece a un mundo
a más de 380 000
kilómetros de distancia.
Ensayo sobre astronáutica
Los poemas no cambian a nadie.
Son menos eficaces que el yoga,
la acupuntura,
la autoayuda.
Los poemas no son nada.
Acaso un chicotazo,
acaso un arpón
que se clava
en un cuerpo moribundo.
Z
Tuve que detenerme
y pensar:
Dios,
desde los cielos,
¿veía en la cruz
un punto iluminado?
¿veía dentro
de la cabeza sangrante
de su hijo?
¿veía acaso
la corona de espinas?
Tuve que detenerme
y preguntar:
¿alcanzaba Dios a ver
la inscripción
sobre el cuerpo mancillado
de su hijo?
Entonces fui Jesús crucificado
y encontré la nada.
Gravedad cero
I
Lo veo reclinado,
recogido eternamente en sus pavores.
Tiene la vida entera de no haber sido mi padre.
Lo veo mover sus manos,
como jugando,
tratando de explicarse,
de explicar
porqué no pudo.
Si no fuera por las canas,
por la mirada torpe,
por el tiempo,
que lo arruina todo,
juraría
que él
es el hijo.
II
Borracho,
sostenido apenas
por la inercia,
me escupe al oído:
yo soy el padre
que hubieras
querido tener.
Malherido,
como si estuviera
confesando mis pecados,
agacho la cabeza
y asiento.
III
Mi padre
sus elipsis
sus delirios
la lentitud
con que toma la taza
entre los dedos
y la alza
como brindando
por un amigo imaginario
mientras mi vida transcurre
a demasiados kilómetros
como para que lleguen
su dinero
sus noticias
o siquiera
el tono
de su voz
haciendo promesas
que no cumplirá.
Desde aquí las escucho
padre
y son tus palabras
mi arrullo
mi condena
el sonido de algo
que se quiebra.
La caída del muro
Con la disciplina de un samurái
me preparo el desayuno.
Del otro lado
el vecino reconstruye el muro
que recién derribó.
Dividirse,
luego juntarse.
Levantar muros
por el placer
de verlos caer.
20/08/XX
Volver del espacio
a esta habitación.
Gastar los días que me quedan
entre la comida fría
de una máquina,
y esta mujer
que duerme,
sin dinero para pagar un sitio
donde la calefacción
no haga ese ruido
que tanto parece
que anunciara algo.
28/08/XX
Entonces
cierro los ojos
y recuerdo aquellas noches:
el sonido del espacio
arrullándome.
03/10/XX
Si te detenés en las vitrinas
de los negocios de electrodomésticos
y te fijás en la sección
del obituario
y despertás en medio de la noche,
pensando en tus días del espacio
es porque estás perdido.
* Challenger, Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, San José, 2016.
Camilo Retana (San José, Costa Rica, 1983). Publicó los ensayos Pornografía: la tiranía de la mirada (Arlekín, 2008) y Las artimañas de la moda (Arlekín, 2015), así como los libros de poesía Mala estirpe (Ediciones Perro Azul, 2007) y Challenger (Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, 2016). Junto a Helio Gallardo escribió dos pequeños volúmenes de intervención/discusión: La producción social del espacio (Antanaclasis, 2016) y El abrazo diverso (Arlekín, 2016).