Profeta
I
Siempre hubo alguien ajeno a su manada;
uno que no sabía cazar, que no corría;
uno al que su lanza no hizo caso nunca;
uno que miraba de lejos la estrategia,
el despliegue silencioso de los suyos
a través de los altos pastizales.
Uno que esperaba su turno de comer,
en soledad,
entre huesos y carbones apagados.
Sin la lengua aún como una espada,
enigmático artefacto
para hablar de dioses y a los dioses,
aquél vivió entre sombras,
con la dura incertidumbre
de ignorar su suerte en la manada,
siendo el lastre, para siempre,
el temeroso carroñero de su clan.
Su certeza:
no ver nunca la mirada
de su presa, pero sí sus propios ojos
aterrados en el brillo de los ojos
del verdugo.
II
Siempre hubo alguien débil
pero reacio a sucumbir ante la muerte.
Alguien que forjó su lengua como escudo
como un dardo también y una guarida.
Alguien que habló primero
y dijo:
“He subido al monte
y he visto el futuro de los nuestros.
No me toquen.
Denme vino.
Yo debo comer primero.
En mi pecho hay un enorme caracol
que hace sonar el hado.
He descompuesto el rugido.
Yo puedo hablar.
Seré el artífice de Dios,
la piedra angular de nuestro grupo.
Denme de beber.
Por mí seremos grandes.
Por mí se escucharán nuestras hazañas.”
III
Hubo alguien que tendió la espada
de la lengua como un puente cristalino a Dios
y supo que podía exterminarlo.
Alguien que donó a los suyos el secreto,
y la palabra, pan divino,
fue mutándose en rastrojo
masticado hasta el hartazgo por millones.
IV
Aún ahora, queda alguno
asido tristemente a la palabra,
en una dolorosa relación de fe
y desencanto.
Alguien en quien nadie cree,
que no sabe cazar ni correr,
que mira desde lejos la estrategia,
el despliegue tumultuoso de los suyos
a través de los altos árboles de acero.
Uno que come en soledad,
sin más auditorio que su plato.
Adán Brand (Aguascalientes, Aguascalientes, 1984). Licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y maestro en Lingüística Aplicada por la UNAM. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (2014, 2015). Obra suya ha aparecido en medios impresos, digitales y televisivos de diversos países. Es autor de Soy más humano cuando como vegetales (Eximia, 2015) y Animalaria (Eximia, 2018; Premio de Poesía “Joaquín Xirau Icaza” 2019). En 2013 le fue otorgada la Medalla “Alfonso Caso” al Mérito Académico.