Desde muy pequeña
a mi madre le detectaron
la enfermedad de los pájaros.
Mi abuela decía
que era una cuestión hereditaria
todo aquello de los cantos amarillos
y la fiebre del vuelo.
Ahora mi madre
con todos sus años encima
emana cantos
como el silbido metálico
de una locomotora
a punto de reventar la sangre.
Y yo me siento / más bien
cercano a las moscas
con un vuelo esquizoide sosteniendo cuerpo
y un zumbido
como el recuerdo de esta existencia
Colateral.