ENSAYO / julio-septiembre 2020 / No. 87-88
No hecho en China


Sólo hay una respuesta cuando uno se pregunta qué se come. Invariablemente todos llegarán a la misma conclusión: se come comida. Suena absurdo y raya en lo obvio, ¿pero es que alguna vez alguien ha cuestionado lo que encuentra en su plato? La respuesta es fácil: aquí y en China, se come comida.

De acuerdo con el Cambridge Dictionary, la comida es “algo que la gente y los animales comen para mantenerse vivos”.1 La Real Academia Española la define como “lo que se come y bebe para nutrirse”.2 En conclusión: es todo lo que se come (obvio). Si encuentras este argumento burdo y absurdo, haz el ejercicio de preguntarte: ¿qué es la comida? Y más complicado aún: ¿qué es aceptable comer? Verás que la respuesta no es una. Si eres musulmán, discriminarás al cerdo en tu respuesta. Si eres indio, descartarás la carne de res. Si eres vegetariano, dejarás de lado toda la carne proveniente de animales. Si eres malayo, incluirás la rana y la mantarraya. Si eres indonesio, incorporarás la sopa de murciélago. Lo que es un hecho es que encontrarás una universalidad en las respuestas: la comida es relativismo cultural.

Con la crisis de covid-19 renacen estigmas y estereotipos que alimentan el racismo contra los asiáticos. Dejemos de lado la insistencia de Trump de llamarle al SARS-CoV-2 “virus chino” como si éste tuviera una nacionalidad. Por cierto, cabe mencionar que, hasta donde llega mi memoria, nadie llamó a la influenza AH1N1 el virus mexicano y nadie lo caracterizó con un sombrero y maracas. Adicionalmente, dicho virus tuvo sus raíces en porcinos y aves. Aun así, nadie cuestionó si era aceptable comer puerco o pollo a pesar de haber sido éstos el génesis del virus porque, sobra decirlo, culturalmente ésa es comida aceptable en nuestro país.

Quiero enfocarme en ese racismo que se disfraza de humor y que abunda en las redes sociales. Ése que defienden con un “pero no es racista criticar la comida china”. El rumor (ya desmentido) de que este coronavirus nació por una sopa de murciélago, surgió de un video en el que se aprecia a una mujer china disfrutando dicho platillo. El video no fue grabado en Wuhan, ni siquiera en China. Fue grabado por una bloguera china en Palau, Micronesia, tres años atrás, para mostrar la comida exótica del lugar.3 Wang Mengyun, la bloguera del video, ha recibido amenazas de muerte por lo que hizo. Si lo ponemos en palabras más absurdas, sería como si un colombiano recibiera amenazas de muerte por probar el caldo de pollo en México después del brote del virus de la gripe aviar.

Dicho rumor no fue nada inocente. Con él resurgió la idea de que los chinos son antihigiénicos, sucios. De acuerdo con Amy Wu, en su artículo publicado el 4 de abril de 2020 en South China Morning, una gran cantidad de restaurantes chinos en Estados Unidos ha tenido que cerrar por la percepción que ahora se tiene sobre su comida. Las familias asiáticas están perdiendo sus ingresos por una idea basada en la ignorancia y el alarmismo.4

Por otro lado, la BBC reportó a finales de enero la campaña #JeNeSuisPasUnVirus (#NoSoyUnVirus), utilizada por asiáticos en Europa al sufrir discriminación por su origen. El artículo, de fecha 29 de enero de 2020, reporta testimonios de personas atacadas con comentarios humillantes e hirientes. Llama la atención el testimonio de una parisina con ascendencia vietnamita y camboyana a la que le gritaron en el autobús “Hay una mujer china, nos va a contaminar, necesita irse a casa”. Tal vez a muchos les parezca chocante lo que voy a escribir, pero no todos los asiáticos son chinos. Esta lastimosa anécdota me recordó un poco la ocasión en que Fox News se refirió a El Salvador, Guatemala y Honduras como tres países mexicanos.

De acuerdo al documental Coronavirus: cómo comenzó todo de Discovery Channel (disponible en español en la liga https://www.tudiscovery.com/discovery/coronavirus), se cree que el virus mutó en el mercado de alimentos de Wuhan porque los primeros casos se dieron en dicho espacio. Sin embargo, se ha desmentido que nació de los murciélagos, y tardarán aproximadamente 10 meses en confirmar de qué animal mutó. Lo que sí es un hecho es que las condiciones de los mercados son antihigiénicas. Se guarda en las mismas jaulas a distintas especies, facilitando así la mutación de los virus. No estoy dando un argumento a favor de la estigmatización de los chinos. Las condiciones antihigiénicas de los mercados no son exclusivas de China. Basta con dar una vuelta en el mercado de San Juan en la Ciudad de México para confirmar que la insalubridad no es un problema chino y que no sólo los chinos actúan de esta manera. Si vamos a criticar las condiciones higiénicas, por favor, no aludan a los chinos por el simple hecho de ser chinos.

Entonces, ¿es correcto juzgar la comida de China? Alguna vez le pregunté a una amiga de aquel país por qué comían perro. Penosamente, me creía superior por no hacerlo. Su respuesta fue brutal para la mentalidad tan cerrada que cargaba yo en ese tiempo. Contestó: “¿Por qué ustedes comen vacas? No hay diferencia”. Es mera discrecionalidad cultural. No hay razonamiento válido para explicar por qué el caldo de pollo es comestible y el caldo de murciélago no. Distinto sería si partiéramos del vegetarianismo como premisa: resultaría moralmente consistente porque ante esta lógica es igual de deplorable comer pollo que murciélago, perro que cerdo, vaca que mono. Pero no, los argumentos que encontramos en los que atacan el caldo de murciélago se reducen a que es una práctica que les es extraña y, por ello, no aceptable. En palabras de un amigo: “Esta tendencia deviene del pensamiento occidental totalitario y excluyente, que no reconoce ningún saber salvo el suyo, hasta los saberes (agrego yo sabores) alimenticios”.

Ya fue desmentido el rumor de que el virus se propagó a las personas por una comida que se presumía china. Sin embargo, el mundo sigue atacando a los chinos y sus tradiciones culinarias. Chen Hong en Global Times explica una teoría sobre el origen del racismo en contra de culturas orientales; en sus palabras:


Esas descripciones racistas no eran meros productos de la percepción errónea que tenía Occidente de las demás culturas, sino que se explotaban y se utilizaban como armas para justificar la colonización occidental. A pesar de que la época de la colonización ha pasado hace mucho tiempo, persisten los conceptos erróneos sobre las culturas no occidentales y la discriminación está al acecho y se extiende rápidamente cuando surge un problema.5

Tenemos que aceptar que la comunidad internacional no está hecha solamente de Estados, organizaciones mundiales, mandatarios, etcétera. Todos somos parte de ella y eso te incluye a ti y a mí. Somos responsables de nuestras palabras, las que tal vez no has llegado a medir, las mismas que permitieron que unos adolescentes franceses entraran a un restaurante chino en París a hacer preguntas maliciosas sobre la sopa de murciélago. Que permitieron que The Daily Telegraph exigiera a los niños chinos (sólo a ellos) no ir a la escuela.6 Cuando pienses en la comunidad internacional y la violación de derechos humanos, piensa en ti, piensa en tus palabras. 

He visto múltiples memes que en realidad son racistas, pues menosprecian la cultura china y enaltecen la occidental. Comentarios que invitan a enseñarles a los chinos a comer. Que pelean por censurar su cultura y su comida sin argumento alguno más que “comen cosas raras”. Comentarios que hacen homogéneo parte del continente asiático (para muchos, al parecer, las culturas china, japonesa, coreana, malaya, etcétera, son la misma). Si nosotros fuéramos juzgados de esa manera tan totalitaria, seríamos unos bárbaros para los indios por comer algo sagrado y unos sucios para los musulmanes por comer cerdo.

Ya habló Tedros Adhanom: “Éste es un momento para los hechos, no para el miedo. Éste es un momento para la racionalidad, no para los rumores. Éste es un momento para la solidaridad, no para el estigma”. No alimentemos estigmas, suplico.




1 Cambridge Dictionary, https://dictionary.cambridge.org/es-LA/dictionary/english/food, consultado el 6 de abril de 2020, traducción de la autora. 2 Real Academia Española, https://dle.rae.es/comida?m=form, consultado el 6 de abril de 2020.

3 Marnie O’ Neill, 7 de febrero de 2020, “Chinese influencer Wang Mengyun, aka ‘Bat soup girl’ breaks silence”, News.com.au, consultado el 6 de abril de 2020

4 Amy Wu, 4 de abril de 2020, “Are old prejudices against Asian-Americans behind the new racist targeting of Chinese food in coronavirus-hit US?”, South China Morning Post, consultado el 6 de abril de 2020.

5 Chen Hong, 1 de enero de 2020, “Racism shows ugly side as China fights coronavirus”, Global Times, consultado el 6 de febrero de 2020.

6 Ídem.





Mariana De Lucio (Ciudad de México, 1993). Es egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM. Estudió en California State University San Marcos en 2015, en University of Malaya en 2017, y fue becaria de la UNAM-Boston en 2019.

 

Punto en Línea, año 17, núm. 113, octubre-noviembre 2024

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