“La limpieza se convirtió en su única forma de seguir viva”, escribe Casandra Gómez sobre su madre en “Los equívocos no se borran con cloro”, ensayo con que abre esta edición de Punto en Línea. Relato acerca de la resistencia constante que significa ser mujer, se trata de un texto personalísimo que revela las posibilidades del ensayo para narrar(se) y acaso hacerse un espacio más habitable, desde la literatura, en una realidad muchas veces inhóspita. Jimena Maralda demuestra un ánimo afín en “Fuera de este mundo”, colaboración en la que —valiéndose de la digresión y del fragmento— ensaya de manera desenfadada, con alusiones a la cultura pop, a partir de una pregunta puntual y seria: “¿a qué se aferra una persona atea?”.
Una pandemia insospechada, muy distinta de la que nos ha trastornado este 2020, se cierne sobre los habitantes del mundo que diseña Ivonne Gamus Harari en “Nancy Drew”, pieza de ficción especulativa cuyo humor brillante queda definido —desde las primeras líneas— en voz de la propia narradora: “No puedo evitar reírme. Es obvio que el panorama, mi panorama, no lo amerita, pero la risa se propulsa como un vómito”. Marilinda Guerrero nos entrega un cuento, “Anfiteatro anatómico”, que cabría bien en la llamada weird fiction y que configura lo inquietante a través de la familia, recurso al que también acude Lorena Rojas, con un registro realista y una narración velada por los ojos de la infancia, en “La sangre de las plantas”. Ulises Paniagua, por su parte, se sumerge de lleno en lo fantástico y presenta en “Las calles salvajes”, cuento lúdico y cortazariano, a un protagonista que sin proponérselo se alza en una suerte de demiurgo.
Quienes participan en el apartado Poesía de este número tienen en común su aproximación a la escritura poética desde lo cotidiano y con un interés narrativo. “Cicatrices” e “Inventario de sueños”, de Sylvia Georgina Estrada, recurren a la memoria —la propia y la heredada— desde un registro confesional; y en los fragmentos inéditos del proyecto Río Bravo, de Mateo Mansilla-Moya, también hay recuerdos, pero con un tono que a ratos linda con la crónica. En Artes Visuales, por otro lado, la colaboración de Miranda Guerrero consiste en un par de collages digitales con sendos poemas que desacralizan los estereotipos de “lo femenino”.
Tres reseñistas cierran Punto en Línea 89: Miguel Ángel Reyes comenta la reedición de Minotauromaquia [Crónica de un desencuentro] (Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, 2019), de Tita Valencia; Adriana Ventura se encarga de la novela La mujer singular y la ciudad (Sexto Piso, 2015), escrita por Vivian Gornick y traducida por Raquel Vicedo, y Rodrigo Martínez Martínez analiza la película francesa Retrato de una mujer en llamas (2019), de Céline Sciamma, en la sección de cine Atalante.
De nuestra parte, el deseo es siempre el mismo: que disfruten lo que editamos con, por y para ustedes. Pero ahora mismo este deseo comparte tiempo con uno más grande, más apremiante, que atraviesa al mundo entero: que esto (cualquier persona sabe qué es esto) termine de una vez por todas. “Cuando esto acabe…”, decimos a la menor provocación, y en ese estribillo se asoma la expectativa, la urgencia, de un futuro mejor. En uno de sus poemas más célebres, la Nobel polaca Wisława Szymborska interpela a “la mala hora”, a los momentos oscuros que provocan miedo. Y luego, un consuelo: “Eres [le dice], y por eso pasas./ Pasas, por eso eres bella”.
No hace mal recordarlo: esto, como reza el adagio, también pasará.
Eduardo Cerdán