Oficio de lobos
Omar Balladares Rodríguez
El poema, si quiere, será la mañana
Anunciará soles que colmen de luz a los objetos
Se vestirá de verde prado o yerma planicie
Y de los dos sabrá captar su belleza
Porque el verso no tiene color
se viste con cualquier sonido y baila con todos sus brillos.
El poema aunque no quiera
también puede militar pasiones
pero se cansa de ellas
por eso duda
busca otras palabras
elabora sus desdichas
se encausa con otros amores
convierte el hambre en válida existencia.
Hay poemas que caen de los árboles
y son recogidos por las aves
de sus picos resbalan
y se aventuran sobre los vientos
buscando hacia el mar un camino.
Hasta florecen sobre la arena
pues en impensables terrenos el poema halla refugio
horadando las playas
limpiando sus orillas.
A veces los niños dan con él cuando juegan
cuando disfrutan de su tiempo
El poema parece que les huye
pero en verdad se deja llevar
sabe que está en buenas manos
Y allí se quedará hasta que la madurez haga lo suyo.
Sucede que a veces el poema se anima a ser cualquier cosa
Abandona la seguridad del verso y se atreve a ser montaña
Imita al río y al viento sobre las hojas
Ensaya sonidos cantando como las aves.
¿Quién dijo que no puede ser la cueva, el hielo y la planta; el animal o la duda?
El poema lo puede todo
Porque viste de mundo y exhala vida
Su trabajo es ser materia
Átomo del poeta.
Lo triste es cuando un mal verso lo invoca
y debe rendirse a tales sendas
Por eso lo he visto temeroso
escondiéndose de quien quiera robar su canto
Se muestra esquivo
Oculto hasta que pasen otras voces
Seducidas por el ruido
y los sitios visitados.
Ahí entramos nosotros
quienes custodiamos la palabra
olfateando al enemigo
alejando todo aullido que imite la belleza.
Así nos verán rascando entre las letras;
buscando un nuevo verso
y reescribiendo los mitos.
Por eso no importan los modos en que el poema se vista o transite
o los dolores que conlleve
y las almas que consuma.
A los versos nos debemos como un alfa
siendo dirigidos a las cumbres
o arrastrados al abismo.
Somos seres que afrontamos el olvido
aunque viva el verso sin nosotros
esto yace en la inminencia
esto lo sabemos todos
pues no hay mayor honor que la palabra
en el oficio de los lobos.