Pedro Almodóvar es un cineasta español de gran reconocimiento mundial gracias a su amplia filmografía, de la cual resaltan algunos títulos cuya reputación y éxito han sido innegables. Almodóvar ha sido galardonado con múltiples premios que resaltan su estilo único y su extensa experiencia en el medio, además es un productor bastante importante en España, habiendo fundado junto a su hermano Agustín Almodóvar la casa productora El Deseo, que no sólo ha producido sus propios filmes, sino que también ha financiado proyectos de cineastas hermanos como Alex de la Iglesia y Guillermo del Toro. Para empezar, tratar de cubrir todos los temas de los que habla Almodóvar en su filmografía ciertamente nos llevaría mucho más espacio del que deseo ocupar, sin embargo, bajo mis ojos los temas que involucran su perspectiva de la figura materna, y los temas relacionados con la sexualidad, el descubrimiento y realización personal consolidan una gran parte de la carrera del cineasta.

Teniendo en cuenta lo que precedía su debut cinematográfico en España, es decir, aquella dictadura franquista que se centraba en retratar historias a conveniencia del mandatario meramente, Almodóvar llegó a transformar y a traer un aire de frescura con sus filmes. Este cineasta, con su excentricidad y crudeza, llegó para romper estigmas y ciertamente, para causar la polémica, que hoy lo sigue acompañando. El director no le apuntaba a los films de guionista como se le catalogan a dichos filmes carentes de la esencia del autor, Almodóvar ha aspirado desde siempre a aquellos films de autor, en donde su esencia, sus vivencias, y hasta sus pensamientos más íntimos se encuentran camuflados en sus personajes, en sus colores, en su música, y en aquellos pequeños guiños que pocos terminan de comprender. Es esta autorreferencialidad constante lo que nos da a conocer al director, tal como se manifiesta en una entrevista realizada por Paul Smith;¹ Almodóvar se siente normalmente incómodo al hablar de sus raíces y de su madre, sin embargo es curioso como todas sus películas son absolutamente personales.

Es que son aquellos colores vibrantes, esos personajes excéntricos y bastante representativos, esas atmósferas diversas que se tornan aterradoras por momentos, tal vez de lo cercanas que son a la realidad, estos aspectos y muchos más definen el estilo de Pedro Almodóvar. No es sólo el rojo vibrante que resalta en la pantalla, sino también esa historia estremecedora que llega al corazón del espectador, y trastoca hasta lo más íntimo. Innegablemente es el trabajo del cineasta poner un poco de sí en cada obra, y en Almodóvar esto es algo bastante notable, siendo que en muchos de sus filmes se ve un poco de su infancia, de su trabajo como cineasta y de su sexualidad.

Es importantísima su obra en su propio universo: “Almodóvar recurre constantemente a la autorreferencialidad y la autorreflexividad, consciente del aporte de ambas al total de su universo”.² Dicho esto, puede verse un patrón en su filmografía, una referencia aquí y allá, que a algunos puede parecerles extenuante y repetitiva, sin embargo todo tiene su razón de ser, y cobra sentido para el autor y para sus más fieles seguidores. Ahora bien, hay que recalcar que “Almodóvar dialoga en sus films tanto con obras de otros creadores, como con la suya propia”.³ Es esta intertextualidad o diálogo entre sus mismas obras lo que demuestra la extensión y complejidad de las mismas, que consecuentemente lo lleva a incluir guiños de su misma obra sin mayor complejidad. Un ejemplo reciente es la realización de su cortometraje La voz humana (2020), que desde hace años fue referenciado en su filme La ley del deseo (1987), siendo esta la obra de teatro que Pablo decide adaptar en honor a su hermana Tina. Almodóvar toma un elemento de un filme de 1987 y lo mejora para hacerlo parte de su propia obra en 2020, 33 años después.

Por otra parte, es evidente el realismo y la crudeza en los filmes de Almodóvar, que podrían incluso rozar en lo grotesco y absurdo. No obstante, la ficción no abandona la narrativa en absoluto, ya que siguen siendo historias que a pesar de su crudeza no olvidan esos tintes de ficción que podrían hacerlas un poco más ligeras y entretenidas para el espectador, haciendo ver incluso la vida más fácil. Son esos momentos del clímax del filme donde se acepta lo irrealista de la situación y se posiciona como lo que es, un filme refrescante y por momentos surreal de un cineasta manchego. De igual forma, es innegable cómo para Almodóvar los tintes de comedia y ficción aligeran tanta tragedia que se encuentra en muchos de sus filmes. Si bien, en filmes como La piel que habito (2011) no vemos un alivio cómico, y parece ser de sus filmes más crudos e irreales, es muy cierto que en la gran mayoría de su filmografía la comedia aparece para aligerar los peores momentos de los personajes, y acompaña géneros aparentemente incompatibles como el drama y el thriller.

Para ir cerrando el cortísimo recorrido por la filmografía y estilo de Pedro Almodóvar, debo resaltar algunos de sus filmes más emblemáticos en mi opinión, empezando con Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), que le brindó su primer premio Oscar por mejor película extranjera, totalmente merecido sin lugar a dudas, en donde muestra un grupo de mujeres fuertes que atraviesan situaciones escandalosas y por momentos ridículas, que al final se conectan entre sí y termina llegando a una resolución que sólo puede tener sentido en el universo de Almodóvar. Por otra parte, está Volver (2006), una obra que tiene un valor un tanto más emocional para el director, ya que es un recordar, y se podría decir que hasta un cierre del director a la muerte de su madre, quien fue y sigue siendo una de las figuras más importantes para el sentido de su obra. En Volver, Almodóvar trata temas como la muerte, la familia, y las violaciones, haciéndolo brillantemente al no minimizar el impacto de esta última en ningún momento, empoderando a sus personajes femeninos, e incluso justificando el asesinato para hacer frente a tan desagradable situación. Esta película contrarresta su posición hacia una violación, que había sido previamente tratada en Hable con ella (2002), donde se justifica el actuar del violador, e incluso se construye una atmósfera que busca que se empatice con él, lográndolo de alguna manera. Fue el trabajo de Javier Cámara interpretando a Benigno aquello que logró crear en los espectadores un estratégico contagio emocional con su personaje de Hable con ella.⁴ Curiosamente hasta el nombre del personaje (Benigno = “dispuesto al bien” o “que produce el bien”) señala la inocencia y bondad que Almodóvar quería reflejar en el mismo.

Finalmente, mi película favorita es Dolor y gloria (2019), ya que retrata el camino, la decadencia y el resurgimiento del artista, al mismo tiempo que vuelve a involucrar la figura de la madre como un personaje importante en el desarrollo del artista. En este caso, un cineasta interpretado por Antonio Banderas, quien ha acompañado a Almodóvar desde sus inicios e indudablemente retrata perfectamente a aquel creador en un punto de declive que pareciera no tener retorno. “El cine de Almodóvar es una madeja de (auto)referencias en el que recalan los enigmas sobre el deseo, la madre y el cuerpo. La verdad que le interesa únicamente se vislumbra desde las ficciones que lo han tejido”.⁵ Teniendo en cuenta estas palabras, Dolor y gloria es quizás el film más personal de Almodóvar, un homenaje a su trayectoria, sus altibajos, su madre, su sexualidad, su niñez, sus dolorosas experiencias y cómo todos esos elementos lo han llevado a lo que es hoy día y han definido su estilo cinematográfico.