Mudanza y permanencia
Natalia Pedroza y Fernández
Colapso
Una casa rota no es propensa
a los juegos del equilibrio.
¿Cómo decidir cuáles son las cosas
importantes a sacar antes de su colapso?
Cada quién tenía su visión.
Yo miraba agobiada cuando mi madre salía ilesa
de aquellos ladrillos a punto de resbalar;
y siempre
pensaba ir por más.
Una casa rota
llena de memorias
de basura y cosas empolvadas
es mejor verla sucumbir
a la distancia.
Instrucciones para la mudanza
1. Poner especial atención
a los recuerdos que quieren encajarse,
cuáles vale la pena materializar
y cuáles pueden mantenerse
intangibles en la memoria;
para este caso existen dos modelos:
los que hay que sepultar
y los que deben ser regados,
cada cierto tiempo,
con el ejercicio de la reminiscencia.
2. El desapego será la clave del éxito
para no amontonar
caja sobre caja
con el único peso
de lo inservible.
3. Ponerle nombre a las cajas
para después
tirarlas a la basura.
La casa de mis abuelos
Por varios años esta casa estuvo vacía;
después de la muerte de mis abuelos
los únicos cuerpos que aquí desfilaban
eran los de las sillas, las mesas,
los cuadros,
un montón de hombrecitos de polvo
y las raíces, que jamás pararon de crecer.
Ahora la casa me parece inmensa
y poco queda de lo que vive
en memorias y fotografías.
A pesar de ser mayor,
tras la mudanza he vuelto
a temer de la oscuridad:
por las noches
oigo crujir y pasear
las voces de siluetas impregnadas
que se esconden por el día
en el hueco de las escaleras,
camino de prisa y a hurtadillas
para ir al baño, como cuando era niña,
para que las sombras no me alcancen
aunque siempre las traiga
pegadas en la espalda.
Vuelta al origen
La calle no es la misma
ni las paredes en sus texturas
amalgamadas las heridas
que no dejan de hablar
y permanecen destellantes
en la noche
el silencio se siente
un eco triste y viejo
Aquí no llega la superficie
central de la ciudad
amuleto del tiempo
camino sin luz
vuelta al origen
atrás
sin coordenadas
sólo sirenas
oscuridad
perros
oscuridad
el sollozo de un cristal que se rompe
y la oscuridad.
Sollozo a la distancia
Para Emilio Siásqueba
A esta ciudad le haces tanta falta
casi como a mí
que no percibo cuánto me gusta la risa del juego
hasta que las paredes
se resguardan en puro silencio.
Tantos años sin ti
y los que me faltan.
Las personas sobran en esta urbe.
Poco distinguen los automovilistas
a un peatón imprudente de otro
que con dolorido corazón
monta un escándalo a media avenida.
A esta ciudad le hace falta
la anécdota de tenerte
y a mí
no sentirme tan lejos de casa.