Pedalear
Carolina Becerril
Pedalear porque me gusta despertar mi cuerpo, mover la maquinaria y sincronizar cuerpo y máquina. Pedalear con precaución para evitar accidentes (propios y ajenos) durante el trayecto en dos ruedas, porque mi vida está al filo del pavimento: un choque, un charco, la puerta que se abre abruptamente, cualquier descuido podría ser mortal.
Pedalear en silencio y escuchar el paisaje sonoro, fundirme en él, acompañarlo con mis latidos, con mis jadeos o con el ruido de algún desperfecto de la misma bicicleta. Pedalear con toda la música que llevo dentro, esa que me permite pedalear, cantar y bailar al mismo tiempo. Pedalear con ruido porque los cláxones y mentadas de madre me recuerdan que existe el enojo y la frustración motorizada.
Pedalear con locura por el bici-o de la bicicleta, qué importa la hora, la distancia, el destino. Sólo la bicicleta puede transformar una aburrida ida al supermercado en una experiencia mágica-cósmica con apiladas bolsas de tela.
Pedalear ligera porque sólo necesito de mí para moverme. También pedalear pesada porque mi bici es generosa y carga con la mochila, los libros y hasta el perro. Pedalear cerquita, pa´ no tardarme. Pedalear más lejos para ser turista de mi propia ciudad.
Pedalear conmigo y alcanzar un nivel nuevo de introspección en el que llegan los recuerdos, me hago preguntas, pienso y pienso. Ojalá escribiera todo eso que pienso. Pedalear acompañada porque no hay nada más chido que los amigos en bici: dueños del carril y creadores de las más bellas memorias. Pedalear y saludar al ciclista de al lado; a veces los encuentros fugaces me bajan de las nubes a las que me sube la bici.
Pedalear con flojera porque después de unos minutos la hueva se transforma en energía. Pedalear con pila para que los kilómetros no se sientan. Pedalear con cadencia hasta que ya no sienta las piernas. Pedalear despacio, manteniendo el equilibrio, porque así observo los detalles y disfruto el asfalto. Pedalear rápido, a contra reloj, porque en bici nunca se llega tarde y el tiempo es relativo. Pedalear con furia porque la felicidad que te da la bicicleta es proporcional al coraje que da cuando los autos y camiones nos pelean la calle. Pedalear para defender mi derecho a moverme libre y segura. Pedalear para sentirme viva.