Los días a la deriva
A Vanne B.

16

Una urraca volando
bajamente/ entre el pico
una letra/ una baja y pequeña
letra volando/ entre el pico
una urraca/ baja y pequeña
apenas volando.




17

Y quién dice que esto es un poema
y no el silencio que trepida en tus ojos.




18

Vi pasar una urraca volando cansada
como tarde aburrida/ se posó
en un árbol agrisando el cielo
y yo no pude/ le juro
que yo no pude terminar este poema.




21

Tu mano en mi mano escribiendo
es un ventarrón que leva enaguas/
la violencia de la arena y del tiempo contra la cara/
el tristísimo recuerdo de quien lleva un mar en hombros
y el hartazgo del hombre desdiciendo la valía de las cosas.

Tu mano en mi mano escribiendo
es la humedad en el beso tras la ausencia/
la carroña del deseo que se asfixia contra los muslos/
una urraca inundada que saca el pico y escupe/
un dejo de altura o propia compasión.




22

De vez en vez/ con potencia de gran casualidad
uno llora para ser olvido
y escribe/ para sentir que lo logra.



Los días de la Tigra
(Fragmentos)


A Coral


ENTRELAZADAS LAS MANOS/ imaginamos el rumbo de los pasos en el canto de la copa/ en el borde de los labios/ en el frío sin fin que nace afuera y tiembla/ sí/ es tango lo que te enseño/ las luces de aquella iglesia asoman por la ventana espantando las sombras de nuestros pies descalzos/ una luna/ otra luna/ firulete/ estoy atrapado en esa mirada que trascorda recuerdos/ caminadito al arrullo de los grillos y tú me abrazas/ como si de un suspiro fuera a tragarme la noche.



SENTADO EN LA PUNTA DE TU LENGUA veo de cerca
tus patas deslizándose bajo la alfombra/ tibiamente/
como verso que entra al oído.



CIERRAS LOS OJOS SI VAS DE MI MANO/ tu pelo es nido de urracas donde la noche duerme/ y tú/ relames las gotas que vienen con el viento. Esta noche/ dices/ solo quiero vino tinto y tu voz iluminando mis huecos.



TREINTA BAJO CERO y el corazón
aún tibio/ la Tigra/
claro/ entre sus patas
lo mecía.



TIEMPO HACE YA que la puerta está cerrada/ pero vino ella a lamer mi costado/ como una fría veta de luz cayendo por debajo de mis ojos/ las cejas se arquearon y en un espasmo la llave entró al cerrojo/ los parpados cayeron/ ronroneaba la Tigra/ mientras sus patas/ más tibias que la noche/ lamía.



TUS BESOS ATRAVIESAN MI OSCURIDAD como mirada
que merodea entre los callejones.



UN DÍA el silencio cicatriza y resbala como lluvia que besa el sudor de las ventanas/ los ojos tiemblan como agua sobre las hojas y a ti sólo se te ocurre mover la cola.



TRAZAS UNA LÍNEA EN EL VERSO y le nombras
principio/ tomas mi voz
entre tus patas y le llamas suspiro.



SUPONGO que se nace de alguna forma/ pero uno cae y no sabe dónde/ sino hasta que el cabello guarda cierta forma del viento en el y en una vuelta de esquina/ uno puede cruzar la línea y partir y aun cuando atravesáramos ese río sobre una barca con monedas en los ojos/ uno pensaría en esa esquina y en el viento anidado entre el pelo/ donde una pausa llega de golpe y uno se olvida de la miseria entre las manos y del vacío en las miradas y de la calidez de las patas/ que cada tigra tiene.



UN DÍA DESPERTAMOS bajo las mismas palabras/ nos miramos al espejo y pacientemente esperamos que uno lamiera el pelo del otro/ dilatamos nuestros ojos en los rincones del humo y fuimos los mismos inaugurando la mañana/ perdiéndonos en un mercado/ oliendo las flores/ y bebiendo tinto con el eco de la noche que recién murió y entonces fuimos los mismos/ despertamos nuevamente bajo otras sábanas/ desmenuzando otros muros/ reventando las partículas de silencio que vienen con la niebla/ con la mirada perdida/ como de puerta cerrada y bajo las mismas palabras/ anochecimos y no/ ya no fuimos los mismos.



TIGRA/ soy demasiado noche
para sembrar cirios en tus barcas.



SUEÑA LA TIGRA CIELOS ROJOS y nubes que en dirección contraria desaparezcan/ en espasmos/ ahogando la voz como el que recita versos contra el viento y las palabras en la garganta se aferran a no volver a las entrañas. La Tigra se levanta erguida como flecha que apunta al sol/ bosteza/ sobre la nieve retoza y entra al témpano/ donde amamanta de su corazón los restos.



SUS OJOS ESTÁN CERRADOS/ pero sé que me mira.
Saca las garras y entonces/
sé que me sueña.




Los tantos días

(Fragmentos)

1

Entre tus brazos y mis brazos/ hay
un puente de tela corroída
por el tiempo/ sí/ animal
ermitaño en hambruna/ y uno avanza
sin saber dónde hay que parar/ en el puente
justo por el punto medio/ el camino es angosto
antes o después de cualquier lugar o es el tiempo
si uno se asoma bajo los pilares/ será por el mar
y el vaivén que marea a los suicidas/ como un canto
a la deriva/ uno no sabe
si ya durmió bastante o si ya ha desesperado el ángel
o los perros de la orilla/ si es un trozo de recuerdo
lo que galopa en el pecho o es la bendita putería
de la soledad/ bajo qué puente/
sobre qué puente/ en qué puente/ si supiéramos
tan sólo nombrarlo para que venga a llevarnos
volando casi a cualquier parte o es el temblor de mi mano
el que piensa/ que este puente no me sostiene más.




2

A la mitad del trayecto uno decide/ tarde o temprano uno decide
que debe morir/ inevitablemente caer/

Habrá que avisar antes de alzar el brazo/
tirarse de espalda como un buzo/ sentir el agua fría
y el quebrar del cuello?




3

Siempre me dijeron que había que pedirle a la tormenta
que se detenga/ hasta que uno
abriera bien la boca/ cerrara los ojos
y esperara la nada que no sucede/
pero llega al fin/ qué enano es el tiempo
cuando uno disfruta la espera.




4

Y qué si la cruz del sur está al final del puente/
y qué si el final sólo es una bifurcación
del tiempo/ una continuación
como un abrazo de tango en la milonga.

¿Y si fuera/ sólo una urraca
revolviendo las sombras?




5

Cuando uno termina de cruzar un puente/ después
de los tantos días/ uno no sabe
si va a morir/ o si un ancla esta por levar.




6

Sucede que hay que irse/
algunas veces/
a otra parte.


 


Más poemas aquí...


* De Los tantos días



Raúl Iván Trejo Vázquez (Tampico, México, 1978) ha sido incluido en diversas antologías. Fue becario del Centro de Escritores de Nuevo León en 2004. Es autor de Silencios (2007) y Los tantos días, por los que obtuvo los premios Nuevo León Literatura (2006) y Regional de Poesía Carmen Alardín (2008), respectivamente. Actualmente es parte del comité organizador del Encuentro Nacional de Escritories Jóvenes de Monterrey.

 

Punto en Línea, año 17, núm. 113, octubre-noviembre 2024

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