LA CANCIÓN Ave canción viaja a través de jardines, me alcanza. Sin razón alguna la atrapo entre mis manos. Alguna vez te la habría enviado enterrada en algún lugar en ciudades donde la fama y la obscuridad importan donde los sueños son devorados con el desayuno. Pero sabiendo que nada puedo hacer sino repetir en términos humanos esas verdades que hemos hecho intratables abro mis manos dejo de nuevo libre la canción. Tus oídos podrían hallarla; tus ojos atrapar sus fuentes entre jardines y muros. Ahora estoy tan desquiciado como para creer que en otro sitio la canción continúa afectando vidas igual que a la mía. Es presunción ofrecer como únicas las cosas que tenemos en común; como corriente el corazón que sin tocarla o desear tenerla deja la canción anidar en él. NO HAY TAXIS LIBRES Es malo no saber dónde ir. Usas las calles como un abrigo Casas seguras que son amigas, casas que puedes visitar poco tiempo. Viejos amantes rondan en los portones; tras las ventanas las mujeres envejecieron. Los descuidos florecen. Has rechazado numerosas invitaciones, dejado teléfonos sin contestar, dicho “No” a los pocos que te necesitan. Varado en una isla de tus invenciones has arrojado mensajes, nostalgias. Qué inútil es saber que donde quieres ir no es ningún lugar concreto. Los trenes no te llevarán ahí, los autobuses rojos pasan ligeros sin detenerse No hay taxis libres.
THE SONG Bird song travels through gardens and reaches me for no particular reason I scoop up the song. once I would have sent it you buried somewhere in cities where fame and obscurities matter where dreams are eaten with breakfast. But knowing I can do nothing but repeat in human terms those truths we ourselves have made unworkable I open my hands let the song free again. You ear might find it. You eyes traps it source Between gardens and walls, Now I am lunatic enough to believe elsewhere the songs continues affects live as equally as mine. Presumptuous to offer as unique those things we own in common; yet how common the heart that without touching or wishing to own it, lets the song nest there.
De Notes to the hurrying man (1969)
NO TAXIS AVAILABLE It’s awful not knowing where to go You wear the streets like an overcoat. Certain houses are friends, certain houses can no longer be visited. Old love-affairs lurk in doorways, behind windows women grow older. Neglection blossoms. You have turned down numerous invitations, left the telephones unanswered, said “No” to the few that needed you. Stranded on an island of your own invention, you have thrown out messages, longings. How useless it is knowing that where you want to go is nowhere concrete. The trains will not take you there, the red buses glide past without stopping, No taxis are available.
De The unreliable nightingale (1973)
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Brian Patten (1946, Liverpool) abandonó los estudios a los 15 años. Formó parte del grupo The Mersey Sound (1967) junto a Adrian Henri y Roger McGough. Ha publicado, entre otros, los libros: Little Johnny’s Confession (1967), The irrelevant song (1971), Jumping Mouse (1972) y Storm Damage (1988). Óscar Muciño (Ecatepec, Estado de México, 1984) estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la FES Acatlán. Ha publicado en medios impresos y electrónicos. Fue Incluido en la antología 40 barcos de Guerra. Forma parte del Consejo Directivo de la revista electrónica Dédalus www.revistadedalus.com
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