1
Regresaré de la muerte para conjurar en la Tierra: que el vigor del cauce salude al pez dulce
que el viento arrulle la memoria del cerro
que el mar ofrende sal a los vientres femeninos
que los perros ladren con la alegría de la hermandad
y que la luna menstrúe los ciclos de la regeneración humana.
2
Un día encontré a la piedra, húmeda y cubierta de salitre.
La besé como quien respeta al mundo
que existe antes de las conchas, de los caparazones.
Cuando la tuve entre mis manos
abrió sus ojos (quizá deba decir “me abrió los ojos”)
y pude compartirle cuánto la quería.
Su ancianidad removió a la Tierra hasta dejarla
en sus confines blancos
3
Caminamos con la noche abierta en la garganta:
afloraron palabras que vertieron luceros.
Hoy las veo desde este mes, sentadas en flor de loto,
mientras nuestra juventud aspira a la inmortalidad
en los linderos del sueño.
Krishna Naranjo (Colima, 1984). Maestra en Letras Hispanoamericanas. Ha publicado poesía y ensayo en revistas literarias. Actualmente ejerce la docencia en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima.